lunes, 26 de septiembre de 2011

LA ALCAZABA DE MERIDA












La Alcazaba de Mérida se construyó en el siglo IX (se inauguró en el año 835 según se indica en una inscripción de su puerta principal) con un fin militar, pues sirvió para proteger a los gobernantes y súbditos musulmanes de los levantamientos de la población cristiana. Pero también como fortaleza para defender el paso sobre el río Guadiana, pues la posición geoestratégica de Mérida en aquella época fue crucial para los territorios musulmanes del sur de la península Ibérica. Se calcula que en su interior pudieron estar acuartelados hasta 2.000 soldados. Pero este espacio no siempre fue de uso exclusivo para militares, sino que en su interior se construyó todo un barrio destinado a la población civil.
Fue entre los siglos XII y XIII, después de que la Mérida musulmana perdiera peso político, no así militar y estratégico, a partir del siglo X con la fundación de Badajoz. Aunque en Mérida permanecieron algunas tropas, el recinto amurallado, con perímetro casi cuadrado de 550 metros de longitud, se destinó a nuevos fines. En su interior se conservan testimonios arqueológicos y arquitectónicos de las diferentes épocas: el dique, la muralla, las calles y las casas del periodo romano, el aljibe y la mezquita árabes, edificios visigodos...
Los trabajos realizados por los participantes de un taller de empleo destinado a la recualificación de peones procedentes de la construcción, desarrollado entre marzo y septiembre del año pasado, han constatado la presencia de un barrio almohade formado por viviendas construidas a la manera utilizada por los musulmanes asentados en Mérida en los siglos XII y XIII.
Los datos obtenidos a partir de estos restos, que no pueden ser visitados puesto que han sido desmontados para continuar con las excavaciones y recoger así datos sobre etapas anteriores, reflejan la existencia de tres manzanas de viviendas. En ellos se constata la forma en la que los preceptos ideológicos y religiosos recogidos en el Corán son tenidos en cuenta y tienen su reflejo en las soluciones arquitectónicas aplicadas en las construcciones de la época. Con ellas se pretende preservar el honor de la mujer y protegerla, entendido en su contexto cultural, de cualquier contacto visual con el exterior.
Según indica el arqueólogo Juan José Chamizo las viviendas construidas durante esta época son las típicas casas con un patio interior que ejerce como eje vertebrador de la construcción, facilitado la entrada de luz y el acceso a las diferentes dependencias. De esta forma, se evita que desde el fuera se vea el interior de la misma y a sus inquilinos.
Datos facilitados por Batalius

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