martes, 28 de febrero de 2012

EXPOSICION EN EL ATENEO DE CACERES













Ana Hernández de San Pedro nace en Cáceres. Aunque comienza a pintar desde su infancia, no será hasta el 1995 cuando decida dedicar su vida al arte trasladándose a vivir a Italia. Allí empezará a frecuentar el ambiente artístico de Paestum, museo vivo de la antigua Magna Grecia, y trabajará incesantemente en el estudio del color. Sus telas están llenas de metáforas y símbolos. Obras muy sugerentes que reflejan paisajes oníricos del surrealismo y los silencios de la metafísica.
Ha realizado numerosas exposiciones en Italia, no solo en la región de Campania, donde es ya conocida y apreciada, pues sus manifestaciones artísticas han tenido gran repercusión en los medios de comunicación italianos. Ha expuesto, por ejemplo, en Florencia, en la prestigiosa Galería de arte Mentana y en el Palacio de Parte Guelfa. Ha participado también en la Feria Internacional de Arte de Reggio Emilia. En Mayo del 2011 el Ayuntamiento de la ciudad italiana de Agropoli le hace entrega del premio “Cilento Donna” como pintora. Por último hay que señalar que su obra ha sido portada de una novela y de tres antologías publicadas en Italia.
Ciertamente la pintura de Ana Hernández es visionaria, fantástica y digna de admiración. Transita desde el expresionismo de un mundo “deformado” a una “imaginatio” irreal, donde la artista se deja obnubilar paradójicamente por el principio de realidad. De esta manra sera capaz de mantener mejor la impronta de cierto surrealismo impregnado de una sensualidad óptica que emerge de un gran lago subterráneo, abisal, en el que predomina el silencio y en el que nadan imágenes “reinventadas” que parecen sustraídas a la historia y a la razón.
(Anna Lorito, crítico de arte).

Ana Hernández sujeta el mundo con un pincel y lo hace su presa, amontonando el universo en la sutil cuerda de las sensaciones. Basta una cuerda para colgar el alma del mundo, o lo que el mundo usa para cubrirla, las vestiduras, las ropas, los trapos. Y así, los trapos del hombre se amontonan sobre las telas de la artista, como cajas vacías, callando la impetuosa fatiga de la existencia. Un grito ahogado en el mar del silencio: este es el sentido de las telas de Ana Hernández, definida precisamente “la pintora del silencio” .
(Luca di Bartolomeo, periodista)

No hay comentarios:

Archivo del blog